Lluevo
Con el corazón en la mano, te digo adiós.
A veces siento que no existes. Eres casualidades; destellos de luz que bailan con el viento. Me dijiste que llorabas sobre pueblos pero igual me dejaste. Tu eras el único que podía cambiar la historia y decidiste borrar lo que yo escribí.
Ahora soy yo la que pertenece a nubes grises. Sonriéndole a multitudes que nunca sabrán que nos hicimos volar.
Pero.
No fue suficiente para ti.
No fui suficiente para ti.

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